Señor Editor,
La amenaza de la negativa a vacunarse ha cobrado gran relevancia en la pandemia por COVID-191. En el Perú, el primer lote de vacunas contra esta enfermedad llegó el 8 de abril de 2021 y fueron designados exclusivamente al personal de salud, con gran aceptación por parte de ellos. Sin embargo, sólo un mes antes, 48% de la población declaró que no se vacunaría así se disponga de vacunas gratuitas y aprobadas, siendo la primera razón el miedo a los efectos adversos2.
El proceso de vacunación en la población general comenzó con los mayores de 65 años y finalmente se convocó a mayores de 18 años a los centros de vacunación de hasta 36 horas de atención continua durante los fines de semana, en campañas de tipo festivo denominados “vacunatón’. La inmunización de la población joven resulta crucial para frenar la ola de contagios en el contexto de la pandemia, ya que este grupo se caracteriza por ser el menos vulnerable, pero con mayor potencial de poder contagiar.
Con la finalidad de determinar las actitudes y prácticas hacia la vacunación en jóvenes universitarios, se realizó una encuesta a los estudiantes de la universidad pública de mayor alumnado de la región Lima Provincias, ubicada al norte de la capital Lima. Se diseñó y publicó un sitio web con dominio propio en www.nosesivacunarme.com (cuyo archivo en internet está disponible en: bit.ly/EncuestaVacunasCOVID) con un landing page que invitaba a participar completando un cuestionario anónimo. Esta dirección electrónica fue difundida en redes sociales de la universidad y por correo electrónico institucional a todos los estudiantes, aceptándose respuestas entre el 9 de octubre y 6 de diciembre de 2021, precisamente durante el período en que se desarrollaban activamente campañas de vacunación con adecuado abastecimiento de vacunas.
Participaron 1.072 universitarios, de quienes 655 (61,1%) fueron mujeres, con una edad media 21,7 ± 4,3 años de edad. De los 159 (14,8%) universitarios que no habían recibido ninguna dosis, 46 (28,9%) no querían vacunarse (Tabla 1).
n | % | ||
---|---|---|---|
Vacunados | 913 | 85,2 | |
Con una dosis | 423 | 46,3 | |
Con dos dosis | 490 | 53,7 | |
No vacunados | 159 | 14,8 | |
Están seguros de sí vacunarse | 113 | 71,1 | |
Están seguros de no vacunarse | 46 | 28,9 | |
Motivos | |||
Por los posibles efectos secundarios | 18 | 39,1 | |
No confío que la vacuna cumpla con los estándares de seguridad | 15 | 32,6 | |
No confío en las autoridades sanitarias | 7 | 15,2 | |
No pertenezco a la población vulnerable | 2 | 4,3 | |
No confío en las vacunas en general | 2 | 4,3 | |
Motivo religioso | 1 | 2,2 | |
Considero que la COVID-19 no es real | 1 | 2,2 |
A pesar de sus limitaciones metodológicas, esta investigación revela que alrededor de 3 de cada 10 jóvenes no desean vacunarse en una cohorte no aleatoria de universitarios en condiciones de disponibilidad de vacunas; y las tres causas más importantes de rechazo son: 1) los posibles efectos secundarios; 2) la desconfianza al cumplimiento de estándares de seguridad y 3) la desconfianza hacia las autoridades del sector salud.
Estos hallazgos con similares a los encontrados en un estudio en estudiantes de preparatoria en Turquía en donde 30% no deseaba ser vacunado principalmente por la preocupación que la vacuna podría causar efectos secundarios graves3, mientras que un estudio de Italia reportó que el 13,9% de una muestra no aleatoria de estudiantes universitarios indicó tener una baja probabilidad de vacunarse4.
En Perú, la desconfianza hacia las autoridades sanitarias en temas de vacunación, posiblemente se vincula al escándalo “vacuna-gate” caracterizado por la administración de “vacunas de cortesía” a políticos, autoridades universitarias y sus familiares y amigos, fuera de un ensayo clínico en ejecución, difundiéndose a escala internacional como el reflejo de la corrupción sistémica que repercute en la salud de los peruanos5.
La aceptación a la vacunación es relevante para frenar la pandemia, y esta se ha visto obstaculizada por la desinformación, la desconfianza, los movimientos sociales de activistas anti-vacunas basados en teorías de conspiración y de orden político. El desempeño de las autoridades del sector de salud cumple un rol importante en las actitudes de la población, y el mal comportamiento ético y moral de estas autoridades, entre otras causas, posiblemente traen como consecuencias el rechazo a la vacunación por la desconfianza ciudadana que genera, incluyendo a la población joven.