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Polis (Santiago)

On-line version ISSN 0718-6568

Polis vol.12 no.35 Santiago Aug. 2013

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-65682013000200001 

Polis, Revista Latinoamericana, Volumen 12, Nº 35, 2013, p. 7-13

Prólogo

 

Migraciones sur-sur. Paradojas globales y promesas locales

 

 

Antonio Elizalde Hevia*, Luis Eduardo Thayer Correa**, María Gabriela Córdova Rivera***

*Santiago, Chile. antonio.elizalde@gmail.com

**Santiago, Chile. luis.thayer@ulagos.cl

***Santiago, Chile. maria.cordova@ ulagos.cl

 


Durante la primera década del siglo XX el 90% de los migrantes provenía de Europa y se dirigía a cinco países: EEUU, Argentina, Canadá, Brasil y Australia. Hoy esa misma proporción de migrantes proviene de tres continentes: Asia, África y Latinoamérica y se dirige a cuatro grandes regiones: Europa, Norteamérica, Asia Pacífico y El Golfo Pérsico. Las migraciones se han mundializado no tanto por la magnitud de los flujos, que sigue estando por debajo del 5% de la población mundial, sino por el reducido número de países que hoy permanece al margen de las redes migratorias.

Al mismo tiempo que más países están hoy conectados por las trayectorias y proyectos de los migrantes, más sujetos tienen la posibilidad material de migrar hacia alguna región extranjera y la probabilidad de hacerlo dadas las condiciones del contexto. Las divergencias en el ingreso de países ricos y pobres, las desiguales condiciones de vida, los desequilibrios demográficos entre regiones, las necesidades de los mercados de trabajo, a lo que se agrega la existencia de redes migratorias y el bajo costo económico que implica desplazarse de un país a otro. Estas realidades, crecientes crean las condiciones para que los potenciales migrantes en países empobrecidos y en proceso de empobrecimiento quieran migrar. A esto precisamente apuntó Joaquín Arango cuando definió nuestra época como el tiempo de la inmovilidad involuntaria.

En tal sentido podemos afirmar que el crecimiento de los flujos migratorios es muy inferior al crecimiento de las condiciones sociales y económicas que los motivan. La causa por la que las migraciones no crecen en una relación proporcional a las condiciones que las propician, hay que buscarla en la respuesta que ofrecen los Estados receptores. Hoy podemos atribuir al control policial y militar de las fronteras y las políticas que lo promueven, y no a la economía, la escasa movilidad global de fuerza de trabajo. Esta es ciertamente una de las particularidades que distinguen a los flujos actuales, de los que se produjeron durante la primera mitad del siglo XX.

Esta realidad además de incrementar el riesgo de la migración, estimular la irregularidad y obstaculizar el acceso de los derechos en la sociedad de destino, pone en evidencia una contradicción vital en el modo en que los Estados gestionan los procesos de la globalización. Las crecientes restricciones policiales y políticas impuestas a la movilidad de la fuerza de trabajo, se implementan simultáneamente y por los mismos Estados que desarrollan una política de promoción y estímulo a la eliminación de las fronteras para la circulación del capital financiero y productivo. Esto que James Hollifield llamó la paradoja liberal de la globalización, nos indica que la mundialización de las migraciones, y el crecimiento sostenido de los flujos migratorios no se está produciendo en virtud de una distención de las fronteras, si no a pesar de su engrosamiento, y endurecimiento de las políticas represivas.

En cuanto a las consecuencias que están generando las migraciones se pueden identificar tres grandes campos problemáticos: las sociedades de destino, las regiones de origen, y la subjetividad y experiencia cotidiana de los propios sujetos migrantes. En las primeras presenciamos la emergencia de discursos políticos cuyo núcleo discursivo es la migración; los Estados se ven empujados por la realidad migratoria a crear instancias institucionales y normativas orientadas específicamente a los migrantes, incluirlos en las políticas de educación, salud y trabajo se vuelve una necesidad cada vez más ineludible para muchos Estados. La reorganización de sectores enteros de las economías de algunas regiones; la emergencia de nuevas identidades que transforman y complejizan los referentes culturales de las sociedades; las prácticas usos cotidianos que modifican la fisonomía de barrios y ciudades; o la violencia social, el prejuicio y la xenofobia que emergen ante la presencia del migrante, son solo algunos de los fenómenos más evidentes que experimentan las sociedades receptoras. Y que ciertamente tocan a los países de la región que se han convertido consolidado como receptores de migrantes intra-regionales.

En las sociedades emisoras por su parte, el enorme impacto que tienen las remesas no solo revitaliza las economías familiares y locales de algunos pueblos, sino además influye en los equilibrios macroeconómicos de los países. En Ecuador y Perú, por poner solo dos ejemplos cercanos la segunda fuente de ingreso de divisas son las remesas de los migrantes. En economías menores como la dominicana, jamaicana guatemalteca o salvadoreña, representan la primera fuente de ingresos de divisas. En términos absolutos México, el tercer receptor de remesas del mundo, después de India y China, recibió el 2011 en torno a los 25 mil millones de dólares, el equivalente al 50% del PIB de países como Uruguay, Costa Rica o Bolivia. Junto a las remesas las sociedades emisoras de migrantes están experimentando procesos de descapitalización creciente debido a la fuga de cerebros, lo que intensifica el proceso de divergencia entre países ricos y en proceso de concentración de la producción de valor, y países pobres en proceso de descapitalización.

Los pueblos y ciudades latinoamericanas que emite migrantes están también viendo emerger nuevas fuentes para la desigualdad, justamente entre las familias migrantes, receptoras de remesas y familias no migrantes, que experimentan esta desigualdad como un proceso de empobrecimiento, por el impacto subjetivo de la carencia relativa. Por otra parte la transferencia de recursos simbólicos a los lugares de procedencia transforma la cultura y las practicas de sujetos que cada vez más inscriben sus vidas en un imaginario transnacional, nutrido por los referentes geográficos distantes a los que están enlazados.

Desde el punto de vista de la subjetividad, el migrante se enfrenta a una serie de procesos frustrantes y amenazantes como la degradación socio-ocupacional que implican tanto las condiciones laborales como la falta de reconocimiento a las competencias y cualificaciones acumuladas en el lugar de origen; las dificultades para encontrar espacios de realización de la personalidad y de los afectos, por la fragmentación de los lazos afectivos fundamentales; la humillación cotidiana y la violencia xenófoba como un horizonte cotidiano constante y en estado latente; el temor al fracaso de los proyectos y las promesas de bienestar, que ellos mismos han construido y que sus familias han depositado en ellos; y como síntesis de todo lo anterior la inevitable transformación de sus referentes de identidad personal y colectiva. La subjetividad migrante vive en este sentido un proceso, normalmente doloroso, de desarraigo incompleto y nuevo arraigo inconcluso, conducente a existencias frustradas.

La emergencia y el crecimiento de identidades y prácticas transnacionales han venido a poner en evidencia la novedad y complejidad del hecho social que están produciendo las migraciones contemporáneas. Muchos y cada vez más migrantes construyen sus trayectorias como una experiencia que conecta en un solo espacio los lugares de origen y procedencia. Estos migrantes son sujetos que no dejan completamente de partir del lugar de procedencia, pero que tampoco acaban nunca de llegar al de destino. Están material y simbólicamente situados aquí y allá, construyendo un proyecto de vida en un espacio que trasciende la inmediatez local, y que sin embargo, se construye cotidianamente en esa inmediatez dual.

Esta nueva realidad invita por una parte a abrir las ciencias sociales, pues los límites que imponen categorías clásicas de la antropología y la sociología como comunidad, grupo étnico, nación, clase, ciudadanía o incluso sociedad y cultura han de ser reinterpretadas a la luz de las prácticas sociales transnacionales que cuestionan las demarcaciones que definen a estas categorías. Y por otra, interpela al Estado nacional como referente epistemológico pero también como referente político en su sentido tradicional. La comunidad política que sostiene a este Estado está dejando deser nacional, y la nación está siendo poblada de hecho por una diversidad cada vez mayor de sujetos nacionales.

Así es como el migrante contemporáneo como un sujeto nuevo, móvil y diverso interpela la ideología que fundamenta la nación; complejiza el sistema de distribución de recursos, oportunidades y derechos; modifica de hecho el sistema de símbolos que había constituido la cultura local; trastoca y transforma en definitiva los fundamentos sobre los cuales las sociedades democráticas buscan reproducirse. El migrante altera las condiciones de realización de la democracia. Su reconocimiento puede conducir a un mayor grado de democracia, y al contrario su negación la debilita y en el límite la hace imposible. Lo que pone en juego aquí es por tanto para el migrante es su reconocimiento y el grado de igualdad en su acceso a los distintas dimensiones de la sociedad receptora, y para la sociedad receptora el grado de democratización que va a definirla como comunidad política.

La convocatoria realizada por Polis para la sección Lente de Aproximación-apartado monográfico de este número-, titulado Migraciones sur-sur: paradojas globales y promesas locales, reúne un interesante conjunto de aportes teóricos provenientes además de Chile- de España, Argentina y México. Bajo una óptica más bien latinoamericana de la migración, se abordan problemáticas de alcance nacional, pero también local. Entre las primeras, cabe mencionar aquellas relativas a las políticas migratorias y su respuesta ante la demanda de servicios públicos (salud, educación y vivienda) y normalización de los/as migrantes en las sociedades de destino, pero también su necesario reconocimiento en el marco de los derechos humanos; el papel del estado en la incorporación de los distintos actores de la migración (mujeres y niños/as, entre otros), y ante actitudes de racismo, discriminación y xenofobia por parte de la población nativa.

Entre las segundas, de carácter más local-transnacional y de trabajo etnográfico en el barrio, destacan problemáticas relacionadas con la percepción de los/as migrantes y los diferentes usos y apropiaciones del espacio público y privado, pero también de aquellos privados de uso público, como el caso de las prácticas transnacionales de las madres de locutorio, la cultura material de la comida y el hogar, entre otras.

Olga Achón, abre la sección monográfica con su artículo Importando trabajadores extranjeros para la agricultura catalana (España).El caso de Unió de Pagesos dedicado a mostrar las consecuencias que trae consigo el sistema de reclutamiento, importación y suministro de mano de obra extranjera para el campo catalán, en la constitución de un sujeto limitado en términos de sus libertades y el ejercicio de sus derechos.

En segundo lugar, Elaine Acosta, realiza un estudio comparativo entre dos flujos migratorios (sur-norte y sur-sur); España y Chile a propósito de alta concentración de mujeres inmigrantes en el sector doméstico de cuidados. Con su texto Mujeres migrantes cuidadoras en flujos migratorios sur-sur y sur-norte: expectativas, experiencias y valoraciones, la autora se aproxima a la problemática de la subjetividad y la experiencia cotidiana de las mujeres migrantes.

En un ámbito más bien local encontramos el trabajo de Macarena Bonhomme Cultura material de migrantes peruanos en Chile: un proceso de integración desde el hogar. En éste, se profundiza en la cultura material de los migrantes peruanos/as a partir del análisis de las formas de habitar en el espacio privado y sus prácticas culinarias.

A continuación, y desde otra perspectiva, el trabajo de Alejandro Canales Migración y desarrollo en las sociedades avanzadas. Una mirada desde América Latina nos abre el espectro hacia un una gobernanza de la migración, orientada a los derechos e intereses de los migrantes en el centro del debate, en oposición a posiciones políticas conservadoras que sustentan la criminalización de la migración indocumentada, e impulsan diversas políticas de control inmigratorio.

Eduardo Domenech presenta su artículo Las migraciones son como el agua: Hacia la instauración de políticas de control con rostro humano. La gobernabilidad migratoria en la Argentina. En él, da cuenta de la incidencia de la perspectiva de la gobernabilidad migratoria en el desarrollo de la nueva política migratoria en la Argentina, en las llamadas políticas de control con rostro humano.

Por su parte Paloma Gómez Crespo, desde el contexto español, aborda en El comercio de barrio como espacio de sociabilidad en contextos locales de migración el carácter del comercio de barrio como un factor clave en el espacio para la sociabilidad, a partir del análisis de situaciones de convivencia armoniosa, pero también conflictiva entre vecinos de distintos orígenes etno culturales.

Desde una perspectiva más arraigada a la práctica de investigación en el campo de los estudios migratorios, Juan Ortín propone significar algunas consistencias de los procesos migratorios en general y que a la vez suponen ciertas limitaciones en la articulación micro-macro, (investigación teorías), sobre las migraciones con su artículo Migraciones. Desarrollos teóricos, evidencias empíricas y consistencias conceptuales. Las otras fronteras en la condición de migrante.

Iskra Pavez presenta su texto Los significados de ser niña y niño migrante: conceptualizaciones desde la infancia peruana en Chile, en el cual problematiza en torno al poco espacio para la diversidad cultural de las infancias transnacionales y a los diversos significados que adquiere el ser migrante para las niñas y los niños peruanos en Chile.

También desde una óptica transnacional, se sitúa el trabajo de Carolina Stefoni titulado Los cibercafé como lugares de prácticas transnacionales: el caso de la maternidad a distancia. Mediante un enfoque etnográfico, la autora aborda los cibercafé como lugares donde se despliega el ejercicio de la maternidad a distancia, rutina que va re-significado cada uno de estos lugares.

Centrado en las mujeres migrantes, el artículo de Marcela Tapia y Romina Ramos denominado Mujeres migrantes fronterizas en Tarapacá a principios del siglo XXI. El cruce de las fronteras y las redes de apoyo, aborda la experiencia migratoria y sus motivaciones y el papel de las redes de apoyo en la Región de Tarapacá como contexto de recepción, desde un enfoque fronterizo.

Lo sigue el trabajo de Luis Eduardo Thayer Expectativas de reconocimiento y estrategias de incorporación: la construcción de trayectorias degradadas en migrantes latinoamericanos residentes en la Región Metropolitana. En esta segunda entrega de los resultados de su reciente investigación, el autor pone de manifiesto que las expectativas de reconocimiento que tienen los migrantes se asocian más bien a la noción de falso reconocimiento, donde el sujeto se identifica con la posición desfavorable impuesta por la sociedad receptora.

María Emilia Tijoux nos presenta su artículo Escuelas de la inmigración peruana en los barrios de Santiago. En él, la autora concluyeque los niños provenientes de la inmigración devienen actores secundarios,pero útiles, pues permiten la sobrevivencia y continuidad de las escuelas públicas de los barrios segregados. El texto además pone de manifiesto el racismo cotidiano que viven los hijos de inmigrantes peruanos en la comunidad educativa.

En sintonía con lo anterior, y cerrando esta sección monográfica, encontramos el trabajo de Osvaldo Torres y Alejandro Garcés, titulado Representaciones sociales de los migrantes peruanos acerca de su integración en la ciudad de Santiago de Chile. En base a un estudio cualitativo realizado entre 2011 y 2012, el texto aborda las representaciones sociales y percepciones de los migrantes peruanos respecto del acceso a los servicios públicos de educación, salud y vivienda.

En la sección Proyectos y Avances de Investigación se publica un total de once trabajos: La maternidad y el trabajo en Chile: Discursos actuales de actores sociales, de Elisa Ansoleaga y Lorena Godoy; Inovação social ou compensação? Reflexões acerca das práticas corporativas, de Luiz Felipe Barboza Lacerda y Adriane Vieira Ferrarini; Enfrentando los desafíos en la evaluación de la participación política: aportes a la discusión sobre indicadores y escalas, de Silvina A. Brussino, Patricia M. Sorribas, Hugo H. Rabbia y Débora Imhoff; La decolonización del saber y el ser mapuche: un caso de estudio al celebrarse el bicentenario de la construcción de la República de Chile, de Jorge Calbucura; Gobernabilidad, democratización y conflictividad social en Chile: escenarios posibles para un nuevo equilibrio, de Marcelo Mella Polanco y Camila Berrios Silva; Percepción de la población frente al cambio climático en áreas naturales protegidas de Baja California Sur, México, de Elizabeth Olmos-Martínez, María Eugenia González-Ávila y Marcela Rebeca Contreras-Loera; Veinte años de gobernabilidad y reforma política en Argentina, las causas de la crisis de Diciembre de 2001, de Ezequiel Eduardo Parma; El soft power en la política exterior de China: consecuencias para América Latina, de Isabel Rodríguez Aranda y Diego Leiva Van de Maele; Calibrando los lentes teóricos. Operacionalización y estrategias metodológicas para el análisis de las identidades nacional populares de Mauricio Schuttenberg; ¡Atrevámonos a romper los viejos paradigmas! Desde la universidad y la economía ecológica hacia la consciencia y la integración de Esther Velázquez; y finalmente Política ambiental chilena y política indígena en la coyuntura de los tratados internacionales (1990-2010) de Sara Zelada Muñoz y James Park Key.

Este número cierra con seis reseñas. La primera realizada por Guillermo Barón sobre el libro Teología profana y pensamiento crítico.Conversaciones con Franz Hinkelammert de Estela Fernández Nadal y David Silnik; la segunda sobre el libro 92 cines. Los cines de Santiago de Rodrigo Avilés, a cargo de Tomás Cornejo; la tercera reseña realizada porDanny Gonzalo Monsálvez Araneda acerca del libro Democracia y Luchaarmada. MIR y MLN-Tupamaros de Osvaldo Torres G; la cuarta encomendada a Jorge Gaete Lagos es Nuestra historia violeta. Feminismo social y vidas de mujeres en el siglo XX: una revolución permanente, de María Angélica Illanes O; la quinta reseña del libro, Diálogos con Raquel. Praxis pedagógicas y reflexión de saberes para el desarrollo educativoen la diversidad cultural, de autoría de María Jesús Vitón, estuvo a cargo de María Teresa Sáez Ortega; y finalmente José Sánchez Parga nos entrega la sexta y última reseña del libro, Redes de indignación y esperanza, de Manuel Castells.

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